6 de diciembre de 2013

Tiempos de silencio


En todos los caminos hay tiempos de silencio. Son recovecos donde un tocón, una piedra o un árbol nos invitan a descansar.

Curiosamente, aquellos que seguimos ruedas, mareas y otras métaforas o imágenes de una ciclicidad más real de lo que nos gustaría, sabemos que hemos pasado por uno de esos "tiempos de silencio". El principio de la noche, la vigilia expectante. Y ahora, cerca del solsticio, empieza a sonar el ruido de los primeros despertares, los que prometen la llegada del nuevo día.

Por unas razones o por otras, todos pasamos estos tiempos de silencio, coincidan o no con las estaciones, de alguna de las siguientes maneras:

a) Atendiendo nuestro propio dolor de pies. Es decir, el tiempo de silencio se convierte en un tiempo de curación externo. Simplemente la respuesta a una necesidad que es más física que anímica y a la que todos tendríamos que responder de vez en cuando so pena de rompernos un poco más adelante.

b) Tomando aliento. A veces, es necesario descansar, aunque no estemos heridos. Recuperar sales, agua, energía... y desconectar un poco. Porque los caminos a veces están llenos de espinos, bordeados de los despojos de otros, o invadidos por olores ajenos.

c) Imitando a Heimdall, es decir, oyendo crecer la hierba. Esta es una forma muy productiva y por otro lado muy poco dada a comunicar. Es el momento de reencontrar verdades, redescubrir lo nímio y colocar todo a un nuevo nivel. Y quien dice oir crecer la hierba, dice, ver el movimiento de las moléculas, o escuchar los sonidos ocultos en la hojarasca.

d) Haciendo el Pocahontas. Osease, cantando colores en el viento descubrir. Porque a veces todos tenemos que congratularnos y sentirnos con un pequeño subidón. Eso también es parte del camino.

Yo llevo atascada en el tiempo de silencio ya unas cuantas estaciones. Lo cierto es que creo que ha llegado la hora de volver a levantarme, pero mayormente, el tiempo de silencio me encanta. Da mucho más de sí que el tiempo que se pasa hacia afuera, aunque este sea siempre necesario. El tiempo de silencio es el tiempo de descanso de la semilla que debe germinar, el tiempo de gestación. Y sólo por eso debemos respetarlo y amarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario