30 de octubre de 2014

Dormición

Este es el tiempo de muchas cosas.

Es la última cosecha. Es la toma de posesión de los espíritus del invierno. Es la época de los ancestros. La época del descenso.

También es la época de la dormición.

Dormición es una palabra que indica el proceso por el que las semillas de las plantas aun teniendo condiciones favorables para germinar, retrasan esa germinación. Como las semillas, a veces las cosas deben descansar bajo el suelo, en camas cálidas, y esperar su turno.

La dormición es, por lo tanto, el regreso al útero de la madre. Es la estancia en el caldero en espera de la resurrección. Dormición es trabajo subterráneo. Así la dormición es como el velar el tiempo, contemplativa, inactiva solo en apariencia.

El estado de dormición es una dulce espera que va desde que se apaga la luz hasta que nos reactivamos al sol. Algo que vivir a la luz de la vela, la estrella y la hoguera, mientras susurra el viento...


23 de octubre de 2014

... Y cuidar la Naturaleza



De pequeña me enseñaron que era bueno ser agradecida, así que antes de nada agradezco plenamente a Aerowen sus esfuerzos en su canal youtube, su blog y su ask.

Y después de esta especie de introducción extraña...

A veces, cuando lees algo en una página física o virtual, las palabras adquieren voz. Y te dan ganas de explicarle cosas a esa voz. La última vez que me pasó la voz decía que ser pagano era cuidar de la naturaleza.

Querida voz: ¿cómo cuidas la naturaleza? Dime, amada voz, ¿qué propuestas tienes?
Porque, voz, no te conozco, pero para empezar, usas por ocio un ordenador así que asumo que vives en una sociedad occidental u occidentalizada, y eso implica consumo. ¿Conoce y respeta mi querida voz las tres "r" que a mi me enseñaron en el colegio? ¿Reduces, Reutilizas, Reciclas? ¿En ese orden? ¿Has reducido hasta la inexistencia tu huella de carbono? 
Y voy más allá, querida voz... En tu amor a la naturaleza has llegado ya al insostenible punto en el que pensar en el "no dañar a nadie" te da dolor de cabeza? Porque si lo piensas en serio, tiene que dártelo. Tiene que dártelo porque sólo por el echo de estar vivo, tu cuerpo está matando virus y bacterias vivas. Para estar vivo, tienes que alimentarte de otros seres vivos ya sean animales o plantas...

Nuestra vida humana, desde el momento que es tal, daña a otros, manipula a otros y tiene un impacto en la madre naturaleza. Más aún desde el momento en el que somos seres que manipulan su entorno y generan grandes cambios en él, la orografía y la geografía (los únicos que nos van a la zaga en eso son los castores). Sí, podemos ser más o menos conscientes de nuestro impacto en el mundo, y sí, podemos y probablemente debamos trabajar para reducirlo. Pero no sabemos hacerlo sin impacto alguno. Los seres humanos han evolucionado con sus culturas. Nunca ha existido un ser humano (homo sapiens sapiens) sin ellas, y si ha existido algún niño ferino, éstos son excepciones imposibles de reproducir a escala social. Lo siento, voz mía, pero no puede ser.

Claro que como paganos podemos hacer cosas. En España, la Pagan Federation International ha hecho una campaña durante este año dirigida a que, cuando salimos a la naturaleza, nos dediquemos a limpiar la basura que encontremos. Pero esta idea es exportable a todo excursionista. ¿O es que somos más o mejores que nadie para hacer esto? ¿Somos más o mejores que nadie para cuidar de nuestro entorno? ¿Tenemos una superioridad moral por ser paganos? Por que los problemas globales son, a mi entender, responsabilidad global y por tanto de todos y cada uno de los seres humanos que viven en este planeta.

Hay más cosas que quiero decirte, amiga voz. Quiero explicarte que la naturaleza no es una enorme entidad abstracta. Que es todo y cada uno de sus concretos seres y efectos. Es un complejo sistema lleno de pequeños sistemas todos ellos preciosos, fascinantes y mágicos a su manera. Quiero decirte que cada ser de la naturaleza es un alma. Cada planta, cada piedra, cada animal. Y no me refiero solo a las flores bonitas y a los gatitos. Me refiero a las ratas y a las cucarachas, a los grandes depredadores y a los pequeños virus (hola, ebola-chan). Me refiero a las ortigas y las plantas venenosas. A todo lo que puede resultar molesto... a todas esas cosas por las cuales algún amigo pagano me ha dicho alguna vez: "Me encanta la naturaleza, pero no voy porque hay bichos". En definitiva, la naturaleza no es buena ni mala. No es cómoda. No es bonita per se. La naturaleza sólo es.

Y si, los paganos nos relacionamos con la naturaleza, porque es la base de la que surgimos. Porque de ella nos alimentamos (aunque cada vez menos). Porque de ella aprendemos mucho sobre la vida y la muerte. O deberíamos. Pero ser pagano no es sólo eso. O eso creo.

14 de octubre de 2014

Mirando al pasado

Hay algunos momentos en el camino en el que, por las vueltas y revueltas dadas, puedes mirar en la lejanía y ver claramente el pasado. En esos momentos somos casi más que nunca el caminante.

El caminante sobre un mar de niebla - Caspar David Friedrich


Como el caminante del cuadro, hemos llegado a un punto que nos permite mirar a lo lejos. Miramos abajo hacia el pasado, y el futuro, si acaso, se ve aún más lejos. Como el caminante, nos enfrentamos a la niebla que desdibuja el paisaje y le da nuevos matices. Y como el caminante, nuestra posición nos hace ver desde otro ángulo bellezas que en su momento no valoramos.

Tengo un amigo que es ahora mismo el caminante. Y como una parte de nuestro camino ha sido felizmente coincidente, me invita a estar con él en esa cúspide mirando al pasado. Él ha conseguido que mirara más lejos que nunca, y ha recuperado cosas que creía absolutamente perdidas. Y eso se lo agradezco sobremanera.

En ocasiones, un amigo así es un faro que despeja la niebla.

Mirar al pasado puede parecer un ejercicio ocioso, e incluso concupiscente si deseamos usar una palabra con tanta carga moral. Pero cuando el camino ha sido largo, como todos lo son, y hay mucho que hemos dejado atrás, no resulta vano. A veces, podemos ver quiénes fuimos. Y no nos engañemos, quienes fuimos es quienes somos hoy. Ese ayer, esa persona con toda su carga de inocencia y sus defectos, sigue en nosotros y negarla no es el mejor vehículo para seguir adelante.

Nuestros yos pasados eran tantas cosas... entre ellas algunas muy buenas. Mi yo pasado era fresca como un perfume verde. Era divertida y no pensaba en cómo le miraban los mayores. Mi yo pasado era grande, y se lo tomaba todo demasiado en serio y demasiado en broma a la vez. Mi yo pasado estaba hambrienta de experiencia y sedienta de conocimiento. Mi yo pasado quería jugar a ser mamá con los demás y de hecho, solía hacerlo... Mi yo pasado, en definitiva, tampoco estaba tan mal.

A veces, cuando uno hace un alto en el camino como éste el pasado te alcanza. Y yo he decidido abrazarlo. No es que no vaya a negar nunca más lo que fui. Es que deseo amarlo.

Y espero, que dentro de más de diez años un yo futuro del que no puedo imaginar el aspecto decida que quiere amarme a  mí.

11 de octubre de 2014

Premio Dardos, eternamente agradecida.






Hace poco Encrucijada Pagana me sorprendió agradablemente al concederme el  Premio Dardos, una forma de reconocer la labor de aquellos blogs que saben transmitir “valores personales, culturales, éticos y literarios” de forma original.  “El premio es otorgado en reconocimiento a valores personales, culturales, éticos y literarios que son transmitidos a través de una forma creativa y original mediante la escritura. La insignia fue creada con el afán de promover la hermandad entre bloggers, mostrar cariño y gratitud por añadir valor a la blogosfera”.
La nominación conlleva seguir los siguientes pasos:
1º Incluir en la entrada la imagen del premio.
2º Mencionar y enlazar al blog que nos ha elegido para optar a este premio.

3º Nominar y enlazar nuevos blogs que creamos merecen reconocimiento, y ponerles al tanto de la nominación.

Yo no soy una lectora asidua de otros blogs por razones de administración de mi tiempo, pero sí que hay unos pocos que siempre consideraré que valen la pena. Por ello son mis nominados.

1 - Silver Circle

  Blog y web, web y blog, es un compendio de reflexiones desde y sobre la tradición gadneriana con una orientación temática que podríamos llamar tangencial. Original y capaz de dar para más de una lectura por entrada.



   Original y fresco blog sobre pamaternidad al que nunca estaré suficientemente agradecida. Para aquellos que tienen criaturas, es una parada obligada.


3 - Un camino de cabras

    Un blog personal, intenso, íntimo y siempre interesante. Una perspectiva sobre la vida desde la brujería, el mito y la mística que nunca deja indiferente.

4 - La pulga snob

    Un lugar de humor gráfico inteligente y crítico. Un valor seguro.

Muchísimas gracias de nuevo a Encrucijada Pagana, sus responsables y su patrona Eris por esta manzana de oro. Y mil gracias también a mis nominados, pues son relevantes en mis días y jamás podré pagarles sus esfuerzos.



8 de octubre de 2014

Formación

Antes o después en el camino nos topamos con  la piedra de la formación. Porque nos exigen formaciones o nos ofrecen formaciones en paganismo.

Incluso a  mi me tienta, y eso que mi forma de ver el mundo implica que la auténtica formación reside en el propio camino. La formación es tentadora porque es una forma clara e inequívoca de exigir respeto. Porque somos una cultura para la cual el conocimiento viene envuelto con un lazo e impreso en un diploma.

Así, en el fondo, elegir o no una formación es una cuestión de seguridad. Queremos formarnos no tanto por el conocimiento si no por la seguridad de sabernos formados y bien formados y de poder demostrarlo en caso de que haga falta. Queremos formarnos para poder delegar parte de la responsabilidad en el formador, en la escuela. Queremos formarnos para que escuela y formador sean una garantía.

Sin embargo el tema de garantías en el ámbito pagano está muy poco establecido. Acostumbramos que las escuelas sean escuelas y que haya detrás de las mismas tanto entidades de profesionales como un control externo de calidad. Pero esto no se da y no veo cómo vaya a darse en enseñanzas sobre paganismo. No hay nada como un espacio pagano común europeo o un Plan Bolonia para el Paganismo.  Reconozcamoslo, nosotros mismos tenemos que buscarnos nuestras propias garantías, y responder por la formación que recibimos y los formadores que apoyamos
y garantizamos con nuestra fidelidad.

¿Cómo evaluar si existen garantías?

Lo primero es ver en qué se basa la formación que se recibe. Hace más de diez años existía una persona cuyo nombre no repetiré aquí que vendía un curso de wicca. Lo llamaba curso de wicca, y lo avalaba con su nombre y con un sacerdocio que yo imagino hoy era más bien supuesto en una tradición conocida pero no muy fácilmente rastreable. Hablando con él al respecto en más profundidad como interesada en recibir el curso descubrí que se trataba de lo siguiente: él te vendía un libro, más específicamente "Cómo preparar un caldero mágico" de Silver RavenWolf, por un precio que casi doblaba su valor en cualquier tienda. A cambio no sólo recibías el libro si no que podías contactar con él para resolver posibles dudas. ¿Valía la pena? Desde mi punto de vista, absolutamente no. Simplemente, era el libro más caro de la historia.
Como este caso, podemos encontrar muchos en los que lo que se ofrece en una formación no es nada que no pueda hacer un grupo de amigos un fin de semana leyendo un libro en casa.

Es una buena idea repasar los temarios de los cursos en los que nos interesamos. Puede que aunque el título prometa, después el contenido desglosado por temas resulte más que decepcionante. Tal vez lo que la persona que de la formación entienda por religión pagana no sea más que un compendio de artes adivinatorias y simbolismo. O simplemente, que no sea lo que estás buscando realmente.

Quién imparte la información es también algo a tener en cuenta. Lo bueno de llevar mucho tiempo en círculos paganos es que al final nos conocemos todos. Lo malo es que hemos conocido a demasiada gente que se acerca porque somos un mercado objetivo nunca suficientemente explotado. El hecho de que existan, siempre hayan existido y siempre vayan a existir, personajes que venden lo que haga falta a quien haga falta con tal de sacarse unas perras hoy y, si les es posible, fidelizar un cliente para el mañana con la promesa de una mayor y mejor espiritualidad hace que sea interesante conocer muy bien a los profesores, su trayectoria y forma de vida... y en definitivamente quiénes son y quiénes dicen ser.
Porque si no podemos encontrarnos recibiendo un curso de druidismo de manos de un comerciante al por menor de productos manufacturados que dice ser wicca druida y descubrir que en años no ha salido a colación jamás la palabra ogham, por ejemplo.
A la gran pregunta de si el profesor que tenemos delante está o no capacitado para enseñarnos lo que dice, es algo aún más complicado de discernir. ¿Qué capacitación considera cada uno de nosotros que es necesaria? ¿Títulos universitarios en antropología, historia, arte, literatura...? ¿Títulos de otro tipo? Y si lo son de sacerdocio, ¿de dónde provienen? ¿Tienen algún aval?


La existencia detrás de la oferta formativa de una entidad sin ánimo de lucro en lugar de un particular o una empresa no es en sí mismo una garantía de calidad, pero sí en principio una buena manera de separar rápidamente a una gran cantidad de timadores.

Cuando la formación ofrecida viene de mano de una tradición concreta que puede rastrearse, ya sea legalmente porque se trata de una entidad religiosa registrada o a través de un linaje, existen ciertas garantías. No de que la formación sea lo que estás buscando, pero sí que es realmente lo que esa tradición concibe, entiende y transmite. Dentro del mar de inseguridad que es formarse en paganismo, eso ya puede valer algo.

Pagar o no pagar.

Esa es la cuestión, al final. Cuando pagamos por la formación, estamos manteniendo estructuras y formadores, o al menos, ayudando a ello. Si no hay estructuras, es decir, asociaciones culturales o religiosas en las que se ofrece la formación, lo que hacemos es mantener al profesor. Cuando hacemos esto, estamos dejando un espacio en el que caben tanto personas honestas como timadores. Y a veces cribar grano de paja resulta arduo.

Conozco personas que compran formación, y pagan con gusto porque consideran que la persona que les atiende merece una retribución. Y estoy de acuerdo. Las personas merecen ser retribuidas. De lo que no estoy segura es de que esta retribución deba ser dineraria.
Como ya he dicho, no tenemos estructuras. No somos una única gran y fuerte comunidad tal que pueda tener personas que se mantengan y mantengan a sus familias con lo que todos los demás aportamos, así que veo difícil que podamos tener profesionales en formarnos. Por lo tanto, igual deberíamos pagarles en otra moneda, ya que no podemos profesionalizarlos. Tal vez en cariño y respeto.

El otro día vi un vídeo a este respecto, centrado en wicca pero aplicable. En él, se decía que una buena razón para pagar es que lo que es gratis no se valora. Esta era la política que seguíamos en mi instituto con respecto a la revista que escribíamos como extraescolar un grupo de alumnos. La vendíamos a un precio simbólico porque con los años nos habíamos dado cuenta de que cuando la regalábamos el patio quedaba lleno de revistas tiradas y rotas. Esto es muy cierto con mi revista del instituto, pero no creo que sea tan cierto con la formación en paganismo. Cuando eres pagano y te quieres formar tú buscas el curso y al profesor, éstos no vienen a la puerta de tu clase con un par de críos de otra clase. El interés en el curso se presupone, y con él, el compromiso. Y los pormenores de este compromiso deberían quedar claros desde un primer momento, tanto por parte del formador como de aquel que desea ser formado.

Yo soy básicamente una autodidacta. Si he recibido cursos, hoy día no pagaría por ninguno de ellos. De ellos he sacado habitualmente cosas diferentes a las que los formadores quisieron impartir. Y creo que he aprendido siempre más de quienes en libertad me han retado, cuestionado y compartido como caminantes que se cruzan fortuitamente en su camino que de los vendedores de mapas. Y aún así se apreciar la belleza de los mapas y entiendo a quienes se sienten inseguros si no los tienen.

Yo no cobraría. Como persona religiosa, mi punto de vista es que vender por entero o por partes mi religiosidad es similar a vender por entero o por partes mi cuerpo.

3 de octubre de 2014

Mirando al cielo

Total lunar eclipse por Donovan Conway


Yo miro al cielo, a ratos. Lo miro sin lupa ni lente. Lo miro como lo habría hecho cualquiera de mis antepasados. Como ellos, lo que veo en el cielo un día despejado es, primero, el sol y la luna. Después, las estrellas. Tanto las fijas como las errantes. Sobre todo las errantes: cambiantes y hermosas joyas maestras.

El mio es un pueblo que no honra en demasía a las estrellas. Mi pueblo es más de la tierra que de los cielos. Con pocas excepciones, no nos hemos destacado nunca en las cosas que no producen. Las miramos, les dimos nombres. Pero no las vimos como influencia sobre nosotros. Por eso, no hay una astrología para mi.

El estudio de las estrellas es algo que viene de antiguo, y que se ha visto modificado por el paso de los años. Nació como muchas cosas populares hoy en día en el extremo oriental de la mediterranea y se desarrolló en las culturas más avanzadas de sus respectivos tiempos, tomando rasgos de filosofía y religión. Sólo por eso es una materia de estudio curiosa e interesante. Esta impregnada del pensamiento simbólico de muchas culturas y muchas épocas. Pero sencillamente no es para mi.

Mis antepasados eran gentes sencillas, y yo también procuro serlo. Además, soy una persona que cree en aquello que ve.
Por eso celebro lo que veo cuando miro al cielo.
Un eclipse que no puedo ver, es un eclipse que no existe. Un planeta que no veo es uno que no me ve a mí.